La piel es un ecosistema. Se trata de un sistema biológico donde convive una comunidad de seres vivos. En este caso, nos referimos a organismos no patógenos que forman una flora bacteriana saprófita capaz de cubrir toda la superficie de la piel, sin causar daños. Este manto natural, conocido como película hidrolipídica, evita que las sustancias nocivas penetren y dañen nuestro interior. Implementar la limpieza facial a nuestra rutina de cuidados cotidianos nos ayudará a proteger y recuperar el equilibrio de este ecosistema cutáneo que forma nuestra piel. Devolviendo, a su vez, la luminosidad natural a las pieles cansadas, estresadas o apagadas.
Por otro lado, la limpieza facial permite acabar con la flora transitoria indeseable y patógena que se acumula en nuestra dermis. Este pequeño y sencillo gesto cotidiano resulta esencial para poder liberar la piel de impurezas. Ya que a diario nos exponemos a múltiples agentes externos, como el maquillaje o los gases contaminantes que pueden acumularse en nuestro rostro. La gama Osmoclean ofrece soluciones innovadoras de limpieza facial para la preparación de la piel. La patente Skin Balance System activa los sistemas de defensa naturales de la piel y estimula las bacterias beneficiosas para el ecosistema de nuestra piel. Sus propiedades acaban con los excesos e impurezas, respetando la integridad del ecosistema cutáneo. Incluso en aquellas epidermis más sensibles.
Asimismo, la limpieza facial activa el sistema de defensa de la piel, combinando tensioactivos de síntesis de origen natural que emulsionan y eliminan las impurezas. Un acto de belleza y bienestar que nos proporcionará resultados increíbles. Proteger la piel con la gama Osmoclean ofrece un acabado pulcro y brillante, que hará que nuestro cutis se encuentre en óptimas condiciones para realzar los efectos de otros tratamientos.